Así bordaba que yo la vi

Bordar es cada vez menos común, pero coser si es algo a lo que la gente se vuelve a acercar, pues con esto de la crisis todos queremos ahorrarnos unos eurillos y aprendemos a subir un dobladillo, meterle un poco a un vestido o si somos algo más mañosos elaborar algunas prendas de ropa.

Para la gente a la que le gusta coser, un buen costurero es un regalo muy valioso. Y es que no pienses en la vieja lata de galletas reciclada para meter un par de agujas. Hablo de auténticas “cajas de herramientas” que para si quisieran algunos fontaneros. Cajoncitos para los botones, apartados para bobinas de hilos de todos los colores, departamentos para tijeras y dedales.

Eso si, coquetos y con estilo, ya sea tapizados con bonitas telas o también comprados en madera sin tratar y personalizados con un poco de pintura y muchas ganas de realizar un regalo único y que seguramente apreciarán aún más.

Ahórrate muchas horas de posado

Si compartes vivienda con la costurera o costurero, que también los hay aunque fuera de la alta costura parecen abundar mucho menos, te compensará invertir dinero y regalarle un maniquí de costura. Si, el típico cuerpo para que pueda poner las prendas y coser sobre el de modo que no tengas que pasarte interminables minutos con los trozos de tela sobre tu cuerpo mientras colocan alfileres y ajustan costuras.

Por supuesto una buena máquina de coser es también muy agradecida, pero como seguro que ya cuenta con una, puedes intentar conseguir una máquina antigua, una de esas Singer manuales que aún se guardan en muchas casas y que si está en buen estado a parte de ser todo un tesoro es un precioso adorno para cualquier cuarto de costura que se precie.

Opciones más baratas

Y si buscas opciones más económicas tienes muchas dónde elegir: divertidos mandilones de costura con sus bolsillos para tijeras y demás complementos, muñecos alfileteros con los motivos más variados, fundas para tijeras en alegres colores, pulseras realizadas con cintas métricas etc.

Todas estas cosas las puedes realizar tu con un poquito de maña y muy poco dinero o suplir la falta de arte con algo más de capital y comprarlas en cualquiera de las tiendas de artesanía que hay por Internet, dónde particulares venden sus creaciones por muy poco precio y que además te la personalizan con el nombre bordado o en los tonos que más te gusten.