Camisetas personalizadas I

Uno de los regalos más divertidos y originales que podemos regalar son las camisetas personalizadas.

Con fotografías de paisajes, con dibujos animados, con el nombre que queramos, con frases célebres, con fotografías alocadas, con frases divertidas, cualquier cosa que se nos pueda ocurrir tendrá cabida en nuestra camiseta.

Actualmente hay multitud de posibilidades a la hora de personalizar la prenda elegida, por lo que casi lo más difícil es decidir el diseño.

Estampación profesional

Por un lado podemos escoger una imagen o texto y acudir a alguna de las tiendas especializadas en estampación y por otra podemos realizar la personalización de la camiseta con nuestras propias manos.

Si nos decidimos por la estampación podemos elegir entre serigrafía digital, transfer o vinilo textil. En la serigrafía digital se imprime directamente en la ropa, estampando la tinta a través de impresoras especiales con una mayor calidad que la técnica simple de serigrafía, llegando a distinguirse perfectamente las sombras y matices de la imagen elegida.

Transfer y vinilos

En el transfer, el dibujo se traspasa a la ropa como si de una calcomanía se tratase, por eso los estampados tienen un mayor grosor y son menos elásticos que los serigrafiados. El resultado tiene mucha vistosidad y se aprecian también muchos matices en la imagen, aunque la prenda debe tratarse como tejido delicado, lavándolo en agua templada y con la prenda del revés.

El vinilo textil es una lámina termoadhesiva de un material plástico donde se ha impreso la imagen. Se usa para textos y colores planos, ya que no se puede imprimir en varios colores. También tiene el inconveniente de que es difícil recortar dibujos o letras pequeños. Sin embargo se compensa con una gran resistencia al lavado, así que es ideal para la impresión de las camisetas de los equipos deportivos.

A mano con la plancha

Si nos sentimos especialmente mañosos o nos gustan las manualidades en tela podemos personalizar las camisetas nosotros mismos. Sólo deberemos comprar en una mercería alguno de los múltiples dibujos termoadhesivos que podremos adherir a la tela con el calor de la plancha.

Hay que tener en cuenta que deberemos mantener la plancha un tiempo encima del dibujo para dar tiempo al pegamento a calentarse y realizar su función adherente, así que lo mejor que podemos hacer es interponer entre la base de la plancha y el dibujo una tela vieja y así no se estropeará el dibujo que hemos comprado.