Un regalo un tanto escatológico

No, no es broma. En serio que no. ¡Compruébalo tú mismo! En la página web www.enviaunamierda.com ofrecen un servicio que es tan absurdo como obvio (¿Por qué no se me ocurriría a mí?): Enviar un excremento a alguien por un módico precio, si es que puede hablarse de módico precio cuando nos referimos a lo que nos referimos, claro está.

Con un simple vistazo uno puede darse cuenta del gran acierto de esta escatológica emprenda, su diseño web. Estrategias de marketing basadas en normalizar algo tan esperpéntico. ¿No soportas a tu ex?, reza uno de los titulares acompañado de la imagen de unas guapísimas chicas sonriendo.

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Merchandising regio

¿Desde cuándo las familias reales están reñidas con los regalos horteras? ¿Por qué razón no se puede utilizar la imagen de la monarquía para crear una serie de productos-souvenir? Eso debió pensar el primer chino (porque esto sólo puede imaginarse y llevarse adelante en las más enloquecidas fábricas del Imperio del Dragón, que ya es decir) al que se le ocurrió poner la cara de la Reina de Inglaterra en un plato de pared…

Ojo, que cada uno es muy libre de comprarse y regalar lo que quiera. Yo por ejemplo tengo un amigo, normal por lo demás, dedicadísimo al mundo de los recuerdos con motivos reales. Nada le hará más ilusión que un juego de té con la corona danesa, un llavero con la foto de una infanta (uy, cuando se casaron, qué explosión de productos) o algo parecido.

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Regalos para tu ex, para que se lleve un “bonito” recuerdo de ti.

Hay relaciones que acaban mal y otras que acaban muy muy muy mal. Pero por causas que aún desconocemos, parece que aún nos quedan ganas de seguir pasándolo mal (que también vaya ganeta) y aun nos acordamos de fechas importantes, como por ejemplo los cumpleaños.

Y claro, como seres adultos (o solo lo primero, seres) habéis quedado en ser amigos y no nunca perder el contacto. Aclaro que estas cosas suelen ser no hasta que vuelva a tener otra novia y si te he visto no me acuerdo.

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Una web muuuuy útil

Bien, bien, bien, querido cuñado… Esta vez has pinchado en hueso. Resulta que parece ser que para quedar bien con tu suegra le has comprado un regalo por el día de la madre. Y, como mi hermana no le compró nada a la tuya, habéis tenido una buena bronca. Con mi familia has topado. Majete.

Que sepas que tu suegra, y madre mía, es de esas señoras que se desenvuelven muy bien por Internet, de modo que, si encuentra quien necesite un calentador de pulgares, no creo que tenga ningún problema en venderlo. Pero es casi tan vengativa como yo… y hemos hecho equipo.

Navegando y gugleando, hemos dado con la página de la que va a salir tu próximo regalo (de cumpleaños, creo). Se llama whydidyoubuymethat.com (¿Por qué me compraste eso?, sería la traducción literal de su nombre) y es una descomunal colección de regalos wtf que, te guste o no, nos ha dado unas cuantas ideas.

Tengo una muñeca vestida de rosa

La primera de ellas es una muñequita para que pongas encima de tu mesa de trabajo: se trata de un esperpento de porcelana blanca con un vestido rosa pintado encima, en cuyo centro han dibujado la cara de un conejito y escrito el lema “HALLO BUNNY”, de modo que queda una parodia horrísona de “Hello Kitty”. Más fea aún si miramos la cara de la muñeca, capaz de asustar al mismo Lucifer.

Illegalize it!

Otro que te va a encantar es un kit de cultivo de césped. Apenas sí he visto la foto, que te dejo aquí, pero va a ser muy divertido ver cómo usas a ese ternerito con cresta punk y zapatillas de deporte para cultivar hierba. No: de esa no pienso regalarte las semillas ni kit de cultivo alguno. Estaría bueno.

Claro que, retorcido como soy, a lo mejor la regalo a mi hermana un librito… Y no, no son las memorias de los Bobbit: soy más retorcido, más… sutil. A lo mejor le regalo lo mismo que una señora a la esposa de su nieto, que le dio una obra titulada “Mujer, estás desatada”, que habla de cómo superar el divorcio. Y, si cuela, coló.

En fin, que voy a estar muy atento a ver qué me encuentro en esta, por otra parte, divertidísima página (lo es incluso un poco más si te defiendes en inglés), porque no te vas a ir de rositas, tipejo.

¡…El superfrikismo va a llegar!

Una vez mi abuela me preguntóo “¿Qué es ser friki?”, yo le respondí que es cuando te gusta tanto una figura o un objeto que te obsesiona todo lo que tenga que ver con él. Ella se quedó unos minutos reflexionando, me miró y me dijo sonriendo “entonces yo soy friki de Jesucristo”.

En ese momento quizás no, porque mi perplejidad no me lo permitía. Pero pasados unos minutos mi concepto de friki cambió. Empece a mirar el término friki como algo que enorgullece. Una forma de vivir las cosas con pasión y entrega y de la que nadie se tendría que avergonzar. Incluso empecé a pensar en mí como una más. Esa habitación de mi adolescencia empapelada con póster de mis grupo preferido, todas mis colecciones de cosas sin sentido aparente o mil cosas que nos hacen diferentes al resto.

Dicho esto, queda claro cuál es mi posicionamiento y respeto ante el tema frikismo. Pero estos regalos… Lo siento, no los puedo defender.

Regalos que se nos van de las manos

Puede que tu, querido lector, tengas un amigo, pareja, hermano o padre (no te avergüences, puede pasar) del cual te acuerdes al ver alguno de los siguientes artículos que a continuación. Los cuales responden a un público entusiasta de los superhéroes de Marvel, pero a su vez con un carácter muy kitsch que roza el surrealismo.

Si crees conocer a alguien así, aquí tienes algunas ideas para futuros regalos.

La Bat-a Man-ta

Ya era conocida por todos esta nueva prenda que hace las funciones de bata y manta. Ideal para ver la tele y poder leer, comer palomitas o cambiar el canal sin enfriar nuestros brazos en los meses de invierno o días más fríos del año.

La novedad viene con el diseño de esta, que simula el traje de Batman. La cual parece rendir tributo a los superhéroes que también necesitan un tiempo o día de descanso para tirarse al sofá y no cantearse hasta volver a la cama.

Super calcetines

No te equivoques, estos calcetines no protegen de que no te cortes las uñas y le  acabes haciendo agujeros. Son calcetines normales, que si tuvieran que tener algún poder seria el que poseen todos los calcetines largos, terminar dejando la goma marcada y provocando que poco a poco se te caiga el pelo de la pantorrilla.

Sin embargo si tienen una peculiaridad. Y esta es que al estar caracterizado de nuestros héroes favoritos ¡tienen capa!. Tu dirás “¿para que?”. Pues sencillo, para nada. Pero anda que no son molones…

Superpoligonero

Hay que revindicar la figura del poligonero friki. Este donde estés, seguro que tiene que haber alguno. Pues este es un regalo que seguro que le hace más famoso en el barrio al unir sus dos aficiones, Superman y el oro.

En este caso, creo que aunque sea un regalo ideal, no es una buena opción. Ya creemos que siempre interfieren dos conceptos para poder comprarlo: dinero y buen gusto.

Mensajes de bienvenida

¿Estás harto de que no dejen de llamar a tu casa para venderte enciclopedias o quieran visitarte los majetes Testigos de Jehová? ¿De que tu madre diga que sólo vas a su casa a dormir y comer? ¿Qué te parecería poder dar un mensaje a estos molestos visitantes sin la necesidad de tener que abrir la puerta de tu hogar?

Hoy te traemos un regalo que te vale tanto para regalar a amigos y familiares como para darte un buen y necesario capricho. Unos divertidos y reivindicativos felpudos con los que dejar,  mínimo, descolocados a tus visitantes. Pero que a más de uno sacara una sonrisa.

Contra comerciales

Y es que quién pudiera poner, aparte de un felpudo, un contestador telefónico que contestara por nosotros cuando nos llaman a las 4 de la tarde para presentarnos una nueva oferta.

Si tú también estas harto de que te bombardeen con publicidad hasta en la puerta de tu propia casa, te recomendamos corras y te hagas con uno de estos felpudos y ya que abres, sepan desde el minuto cero que no, “gracias, no queremos cambiar de compañía”.

“Esto no es un hotel”

Gran frase donde las haya de madre. No creo que haya un regalo tan significativo y la par que cachondo para regalar a tu madre, después de tantos años con la misma cantinela cada vez que llegaba el fin de semana y te ibas de parranda sin pasar por casa.

Un felpudo que haces a las veces de carta de precios, para que ya que tu madre tiene ese concepto de ti, puedas pagarle también a un precio bastante asequible que te puedas permitir.

Advertimos que estos son unos de esos regalos que o pueden caer en gracia o buscarte una colleja (de) madre. Pero aun así, merecerá la pena solo por ver la cara de tu madre ante el presente.

Para padres de niños hiperactivos

Seguro que tienes alguna pareja de amigos que ya han dado el salto de ser padres. Y los cuales pecan de padres enrollados dejando que su “angelito” experimente a sus anchas, sin castigos, siendo permisivos para no pecar de estrictos como lo eran sus progenitores.

Creo que es el momento de decirles que su adorable hijo es un verdadero canalla. Y que todos debemos al final sufrir de sus maléficas ocurrencias, sin más remedio que morderte la lengua y sonreír.

Es la hora regalar, sí, pero con cierta mala sombra que es lo que más nos gusta. El ser así de puñeteros.

Cuñado de mi vida

Cuñado de mi vida y marido (por desgracia) de mi hermana:

Como la última cretinez que me has hecho –no a mí, sino a tu futuro hijo (pobre chaval)- es muy gorda, te voy  recomendar que dejes eso de los regalos para quienes saben de ello. Mira que regalarle al nene un biberón con la forma de la botella de una conocida marca de whisky… Es pa’ colgarte de allí de donde no te voy a decir.

Claro que lo peor ha sido que haya tenido que contármelo mi hermana, entre hipidos porque habéis tenido una bronca curiosa. Sabes que cualquier excusa es buena para ponerte “a caldo”, pero es que, chico, me lo has puesto muy fácil.

Mi hermana quería someterte a una de sus sesiones de trato gélido “no te voy a reñir ni pienso decir una palabra más alta que otra, pero te vas a sentir peor que el cazador que se cargó a Bambi”. Pero yo soy peor persona, y le he sugerido que te trate bien y te mime.

Regalos a traición

Porque, vamos a ver, hacerte un regalito es tratarte bien, ¿no?… ¡Pues no, tío ceporro! Del mismo modo que tu futuro hijo (si se anima a venir, que con un padre semejante hay que pensárselo) no ha podido defenderse ante el regalito que le has perpetrado, tú tampoco vas a poder hacerlo ante los que tu esposa, si sigue mis consejos, te va a ofrecer.

Al fin y al cabo, son presentes originales y que deberías agradecer, puesto que, del mismo modo que tu bebé va a necesitar leche y por eso le has regalado un biberón (insisto, pa’ matarte), tú tienes tus necesidades y aficiones.

Un brindis a las estrellas

Y, precisamente, respondiendo a una necesidad tuya la de racanear cuando vas de fiesta, ahí va la venganza de tu bebé: se trata de una cantimplora con forma de biberón que te va a encantar el día que lo saques al parque y quieras echarte un traguito. Lo malo va a ser la noche que, de fiesta, te la encuentre el portero. A ver cómo se lo explicas, majete.

Aunque, claro, lo que de verdad me apetece es que tu esposa te haga un regalo que estoy seguro de que te va a hacer mucha ilusión: sé que te encanta Star Wars (aún no le he encontrado sitio al Jar Jar Binks que me reglaste), pero, ¿recuerdas Alderaan, el planeta que, en arrasaba la Estrella de la Muerte? Pues mira, algún listo ha decidido comercializar sus restos.

No son más que piedras porosas e irregulares, pero, mira, te lo imaginas. Además, con lo cenutrio que llegas a ser, seguro que vas por ahí presumiendo de los restos espaciales que te han regalado…

Regalos para perder amigos

Algunos regalos parecen pensados específicamente para que quien los hace pierda la relación con el receptor. Dicho más llana y más claramente: para que se los tiren a la cara a quien los entrega. Claro que, cada cual conoce a la gente de su entorno y qué les puede gustar o no.

Pero yo no me imagino, ante estos, ejemplos, obsequios otra reacción que la de “¿Pero qué [taco] es esto?”. Y es que me pongo en situación: cumplo años, me dejo el sueldo de medio mes en comida y bebida… y me regalan una agenda cuyas tapas imitan a las piezas del Lego. No esperarán que me la lleve a la oficina, ¿verdad?

Eso sí: no es éste el peor de los ejemplos: al menos es relativamente estético, a la par que útil, aunque yo no pagaría los diez euros que cuesta, entiendo que haya frikis que pondrían veinte euros por tener la agenda.

Una taza insultante

Me parece más digno de agresión que te regalen una taza de desayuno en cuyo fondo, por la parte de fuera, esté impresa la fotografía frontal de un morro de cerdo. Que a quien se la estás regalando le estás diciendo algo, vaya, de modo no tienes derecho a enfadarte si  te contesta mal.

De diez centímetros de alto por ocho de diámetro, es apta para lava platos y para microondas. Eso sí, antes de usarla por primera vez debe lavarse bien; y antes de regalarla, debería pensarse mucho: ¿de verdad vale los 15 euros que cuesta? Y, ¿estamos tan deseosos de perder a ese amigo como para regalarle… “esto”?

Fiel a mis costumbres, dejo lo mejor para el final, sólo que no tengo muy claro qué es lo mejor de todas cuantas atrocidades y atentados contra el buen gusto me he encontrado hoy en mi habitual paseo por Internet a la caza de los mejores regalos.

Recordando los años mozos

Como dudo entre varios y hoy tengo el día tiernecito (a pesar de lo parezca, cuando estoy así, parezco un cruce de Pocoyó con la abeja Maya), acabo este escrito recordando mi infancia. Y, creo, la de muchos: cuando mamá o la abuela se empeñaban en comiéramos verdura.

¿Recuerdas? “Ahí viene el avióóóóón…” Y yo, tonto de mí, convertía mi boca en un hangar donde el condenado Boeing 747 descargaba a sus verdes pasajeros. Pues mira, ahora, al menos, el avión no hay que imaginárselo.

Se trata de un tenedor al que le han incorporado alas para que parezca un avión. Tal cual ¿El precio? 12,5 euros y que al niño se le atrofie en parte la imaginación. No es tan caro, ¿no?

Facebook, o la muerte de la poesía

Hoy no tengo ganas de buscar regalos para nadie: ya le he dado suficientes vueltas por San Valentín como para dejar la búsqueda por un día. Además, no hay fechas señaladas a la vista y mi cuñado lleva un par de días sin dar señales de vida.

Pero el hecho de no buscar regalos no significa que no vaya por la vida con los ojos abiertos. Y que vuelva a un tema que, de verdad, me preocupa: y es que los poetas ya no son lo que eran desde que existe Facebook. Y, con ellos, las notas que acompañan a regalos y ramos de flores. Vamos con algunos ejemplos que aclaren lo que quiero decir:

“De tus labios quiero un beso, / de tu camisa quiero un botón / y de tu pecho tu corazón.” Palabra que no me lo he inventado. Circula así, tal cual, impune, por la red social. Debo ser un tipo muy duro, muy insensible o muy tonto, porque a mí me regalan algo con una tarjeta que ponga eso y lo devuelvo, así sea un Rólex de oro.

Poesía incomprensible

Para quitarme el dulzor del paladar, he decidido seguir buscando frases para tarjetas en Facebook. Mala idea. “Un verdadero amigo es aquel que anda en cuando el resto del mundo se va. un amigo es alguien que camina en cuando otros salen” [SIC]. Faltas de ortografía y de expresión aparte, ¿alguien ha entendido algo? Creo que la respuesta a esta tarjeta sería: “Un verdadero amigo es alguien que te dice cosas más o menos comprensibles”.

“Bueno. Vamos a ver si mejoramos la suerte”, me he dicho, imprudente de mí, volviendo a la caza de la frase perfecta para la tarjeta de un regalo. Y he encontrado otra absurda, acompañada de una imagen sin la que no se entendería:

Si Bécquer levantara la cabeza…

Se ve a un oso de peluche que se toca el hombre derecho con el brazo izquierdo; y el costado izquierdo con el brazo derecho. El texto dice: “Asume esta posición. Ahora aprieta muy fuerte ¡Muy bien! Ese fue un abrazo de mi parte.” Ante semejante idiotez, sólo cae decir: “¿Ves esa puerta? Crúzala, ciérrela y camina en dirección opuesta”. Vale, quizá sea excesivo, pero que me vendan un “autoabrazo” como el cariño de un amigo

Total, que he dejado, por el bien de mi gusto poético y de mi salud nerviosa, de buscar frases bonitas en Facebook. Y yo que creía que era empalagoso aquello de “¿Qué es poesía, me preguntas, mientras clavas en mi pupila tu pupila azul?”…

Te quiero a morir

Del amor al odio hay un paso, y a veces, menos. Lo sé por experiencia ajena, pero lo sé. No hace demasiado, mi amigo Fran me lo explicaba muy gráficamente.

– Cuando tenía siete años, no me gustaba ninguna niña; cuando tenía dieciséis, me gustaban todos; a los veinticinco me gustaba sólo la mía, y ahora, con cuarenta, me gustan todas menos la mía.

Independientemente de lo cretino que a veces me parezca Fran, he observado que no es un caso único en los hombres. Y que, por desgracia, no es siquiera un extremo. Es más: no hace falta siquiera ser pareja de quien te disgusta… ni del sexo opuesto para llegar a ciertos puntos en el “odiómetro”.

El tipo que me hizo odiar a San Valentín

Traducido el complicado párrafo anterior al lenguaje humano: odio a mi cuñado casi tanto como a ese angelito cabrón que va por ahí repartiendo flechazos a diestro y siniestro y nadie detiene por asesino en serie. Angustioso Manfredo me cae tan mal como San Valentín.

O tal vez San Valentín me caiga tan mal porque ensartó, como si de un espeto se tratara, a mi hermana y a mi cuñado con la misma flecha. No lo sé. El caso es que mi hermanita, a la que quiero con locura, ha de hacerle un regalo de San Valentín a… eso. Pues mira: ahí van unas cuantas sugerencias, y quien tenga oídos para oír, que oiga.

Unos peluches con mensaje ambiguo

Si yo estuviera en el pellejo de mi hermanita, le regalaría a mi pareja un microbio. No: no es que la sarcasmina se me haya subido al cerebro: se trata de una colección de peluches que representan bacterias de diferentes enfermedades: gangrena, malaria salmonella, herpes… Una preciosa gama de simpatiquísimos peluches que no sabemos si están diciendo “te quiero” o “haz testamento y muérete de una vez”. Son unos seis dólares.

Claro que, para un elemento como mi cuñado, que siempre presume de machote y de duro (y luego llora al primer pescozón cariñoso con una llave inglesa), lo ideal es un llavero de plástico que me he encontrado navegando por ahí: se lo coloca sobre los labios, presiona un botoncito que incorpora el gadget y resulta que el cacharrito suelta un “well, hello there!” Es una descomunal estupidez, pero no olvidemos que se trata de mi cuñado.

Es posible que, antes del 14 de febrero, vuelva sobre el tema de qué regalarle a un hombrecillo que me ha hecho odiar a San Valentín, pero, por ahora, lo dejamos aquí… con la promesa de buscar, más adelante unas tarjetas de amor adecuadas para tamaño… Cuñado.

Disney rueda una película sobre el “Caso ITV”

La Factoría de la Magia se ha decidido a entrar de lleno en el universo de la ciencia ficción, y lo ha hecho además basándose en unos hechos que en España están de absoluta actualidad. Disney ha tomado la trama de las ITV catalanas, las ha trasladado a un futuro cercano y ha mostrado como sería la vida de los protagonistas si la corruptela no se hubiera destapado.

Para la dirección de la obra, llevada en secreto hasta hoy, 28 de Diciembre, han contado con el concurso del más universal de los directores españoles, Pedro Almodóvar. Aunque, según fuentes de Disney Pictures, “Nos hubiera gustado contar con Luis García Berlanga (director de “Todos a la cárcel”), pero a nadie se le ocurrió criogenizarlo. Lástima. Bueno, para la película que va a salir, habría bastado con que lo metieran en una cubitera, pero tampoco se le ocurrió a nadie”.

Almodóvar, por su parte, ha mostrado su “odgullo y zatizfaczión”, se sospecha que tras beberse un par de botellas de vino manchego. Y es que, según dicen desde “El deseo”, productora que pertenece al cineasta, “hay que estar muy borracho para querer hacer una película sobre este tema”.

Johnny Depp toma parte en la película

En cuanto al reparto, se había barajado la posibilidad de que los personajes se interpretasen a sí mismos, pero Alsina, Pujol y compañía han dicho que tenían una agenda demasiado ocupada, ya que estaban negociando con la Generalitat la recalificación de los terrenos del Parque Güell como suelo industrial para instalar una ITV.

De esta forma, Disney ha decidido que sea el reparto de “Piratas del Caribe” el que actúe en la obra “Total –ha dicho uno de los representantes de la productora-, ya están acostumbrados a saquear”. La cinta contará con la aparición estelar de Yoda (el muñequito arrugado de “La Guerra de las galaxias” que cambiaba las palabras de lugar) en el papel de Oriol Pujol.

Oriol P… Yoda

“Chorizado te he los euros”

Parece ser que el motivo de este cameo es que, en el futuro que Disney ha enclavado la acción, según los diferentes programas informáticos utilizados para “envejecer” las fotografías, Pujol se va a parecer una barbaridad a él.

Desde la marca de juguetes Mattel ya se están negociando los derechos del merchandising, y es que la casa quiere sacar tajada de lo que podría ser el escándalo (en las taquillas) del año. Los fabricantes de Barbie quieren sacar para fechas próximas su móvil intervenido de Barbie, el coche sin ITV de Ken y, el que va a traer de cabeza a los Reyes Magos el Parlament risueño de micro machines, con sus diputados pegados con cola de contacto a los escaños.

En cuanto a la fecha de estreno de la película, se espera que coincida con el del lanzamiento del reblandecedor de piel con aroma a chorizo fresco Eau de Tribunal Número 9. Por lo que respecta a la ficha técnica de la película, puede leerse en este enlace.

Es pa’ matarlos

Hoy tenía el día tierno. De verdad. Quería sugerirte unos cuantos regalos bonitos y a muy buen precio. Que estaba yo más blandito que el oso de Mimosín lamiendo algodón de azúcar de gummybaya rosa, quiero decir.

Pero, chico, uno ve ciertas cosas y no puede evitar que el curare le gotee por el colmillo. Plic, plic ¿De verdad hay alguien capaz de regalar semejantes tonterías en el peor de los sentidos de la palabra? ¿Soy yo el raro? –que lo soy- ¿O es que la gente se pone a inventar creyendo que el prójimo es tonto?

Es pa’ matarlos

El artilugio que ha activado mis glándulas de “sarcasmina” no es otro el Mirror Book Air. Se trata, básicamente, de un espejo de mano con la forma de un portátil de la marca Apple. Para quitarse el gusanillo de tener un  ordenador auténtico de esa marca. Veinte euros por poder retocarnos por la calle. Para i-Diotas.

La suerte del vendedor

Ya me han crecido los colmillos, de modo que vamos a por  otro de esos regalos para salvar un compromiso y que, si  pudiéramos elegir, no le entregaríamos a alguien que queremos: una maceta minúscula, un poco de tierra y otro poco de abono junto con unas semillas de trébol. Eso sí, de cuatro hojas, que dicen que trae suerte. Claro que la suerte será para el vendedor, que cobra por este pack unas diez veces más de lo que puede valer.

Y me he tenido que reír por no aporrear la pantalla del ordenador. El motivo han sido unos guantes sin dedos. Reconozco que yo los uso cuando no quiero encender la calefacción  tengo que darle un ratito al teclado, pero los que he visto se hacían llamar “guantes navideños para geeks”.

Exprimamos un poco la neurona

Básicamente, son unos mitones de color rojo Papá Noel con el puño y los nudillos rodeados  por una cinta de borreguillo blanco. La guinda del pastel son unos pompones rosas sujetos con una cintita verde más o menos hacia la mitad del reverso de la mano. Pon tú el comentario sarcástico, que a mí me entra la risa.

Terminamos por hoy, que estoy temiendo morderme la lengua y morir envenenado. Y vamos a acabar este repaso con una reflexión: no todo vale. De verdad, si no sabemos qué regalar, investiguemos, preguntemos. Pero debemos evitar a toda costa comprar la primera tontería simpática que veamos.

¿Qué dirías tú si te regalasen, por poner un caso, un muñeco parlante de Jar Jar Binks?

Angustioso Manfredo

Hace ya tiempo que no traigo a colación a mi queridísimo cuñado. Y hoy toca. Porque estamos a punto de celebrar su santo. Bueno. Más o menos. El hombre se llama Angustioso Manfredo. Es comprensible que no quiera conmemorar su onomástica, de modo que celebra el día de Todos los Santos. Y, claro, hay que llevar un regalito a la cena que ofrece la noche anterior.
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¡Guau! ¡Vaya regalos de Helloween!

Vale, es Helloween. Y vale, el animalito es uno más de la familia, pero… ¿Era necesario? Es cierto que en algunas mascotas se ve el reflejo de su dueño. Es más, a algunas las tratamos como a seres humanos e incluso compartimos comida y, las noches que no hay suerte, habitación y confidencias con ellas… ¡Pero esto es excesivo, hombre!
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Teléfono inteligente, complemento tonto

Que sí. Que vale. Que algunos de los complementos que podemos encontrar en el mercado para los móviles son muy útiles. Es más, alguna hemos visto digna de convertirse en un regalo para esos que acaban el día con agujetas en el bíceps de tanto sujetarse el teléfono contra la sobrecalentada oreja.

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Cuidado con lo que regalas

Nos lo hemos pasado en grande dándole vueltas a qué regalar, riéndonos a costa de algún que otro personaje más o menos inventado, soñando con regalos imposibles por su precio –y su dudoso gusto, en algunas ocasiones-, pensando cómo alegrarle un día cualquiera a alguien. Pero hoy cambiamos de tema.

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Regalos “WTF?”

La capacidad de invención del ser humano no conoce límites. Sobre todo si se trata de fastidiar a otros seres humanos. A esa conclusión ha llegado casi todo el mundo, pero vamos a reforzarla. Recuperamos a un personaje del que ya habíamos habado en otros artículos: el odioso cuñado.

Ese tipo del que no sabemos casi nada, salvo que ha hechizado, posiblemente mediante magia negra, a nuestra hermana. El prepotente cretino con el que hay que quedar bien, en aras de la paz familiar y las buenas relaciones con una hermana que prepara unos postres deliciosos que queremos seguir disfrutando. Y el tipo lo sabe. Y aprovecha para ser más cretino aún.

Y entre unas cosas y otras, llega su cumpleaños –que da la impresión de que fue la semana pasada, pero, ¿cuantas veces piensa cumplir años este tipo?- y, con él, el apuro de comprarle algo. Pues mira: nos vamos a tomar la revancha, hombre. Este año le toca un “WTF?”.

Matices o no matices, “WTF?”

“WTF?” son las siglas en inglés de “What the f***k?” ( los asteriscos se pronuncian, en este caso “ac”). Traducido al español viene siendo “¿Qué c**o es esto?” –en este caso las estrellas se pronuncian “oñ”. Diferencias idiomáticas. Y es que tal es la frase que dirá o pensará nuestro cuñado ante el regalo que le vamos a perpetrar.

Hay para elegir, pero vamos a abrir boca lanzándole un indirecta: la primera sugerencia puede comprarse en Amazon: un feísimo e inútil lechón de goma, muy en la línea de los pollos de este material, sólo que más inútil y más feo.

Entre cerdos anda el juego

Sin abandonar el tema porcino para nuestro cuñado –valga la redundancia-, podemos regalarle unas perfectamente antiestéticas tiras de bacon adhesivas para tapar grietas y rasguños. Que nos odie.

¡Ropa! Un clásico de fastidio que se verá obligado a vestir cuando vayamos de visita. Nos hemos topado, navegando por la tienda de Amazon –otra vez- una camiseta cuyo diseño encaja al cien por cien con la cara de un perro labrador. Tan bien hecho está que da miedo acercarse por si nos suelta un lametón y nos llena de babas (la camiseta, queremos decir).

Algo que apretar con fuerza

Subimos un nivel en la escala de whathefaquismo de ideasdereagalos.es: como a estas alturas el hombre estará pensando a qué punto de nuestra anatomía apuntar con su agresión, lo relajaremos con una versión “WTF?” de las pelotas antiestrés: unos testículos de goma. Que los apriete y patee cuanto quiera. Incluso si mientras lo hace mira hacia la parte central de nuestra anatomía.

El cabreo del hermano político en cuestión debe andar ya por el ocho en la Escala de Richter… Regalémosle un relajante libro: Colección de cucharas del Tercer Reich. Una soporífera obra de James A. Yannes sobre cómo usaba tales piezas el monstruo exterminador de razas.

Para (…) y no echar gota

El siguiente regalo se vende como repelente de ciervos. No demasiado útil si tenemos en cuenta que presume de vivir en pleno centro de la ciudad, donde los cérvidos tienden a escasear. Él sabrá qué hace con una garrafa de orina de lobo.

El caso es que el muy imprudente puede optar por no usar el pis de lobo. Y eso le va a traer consecuencias: un primo de Bambi se le va a colar en el salón. Menos mal que lo hemos cazado a tiempo y, como buenos hermanos políticos, le regalamos el trofeo…

Bueno. No del todo: en lugar de enmarcar la cabeza del animal, sus cuernos y todo, hemos decidido optar por la vía sutil: por menos de ochenta euros podemos regalarle un magnifico trasero de ciervo, cola incluida, para que lo cuelgue junto a su retrato. Podemos llamara ésta la “pared de los horrores”.

DEFCON 3…

Con la mirada perdida, los dientes apretados los dedos engarfiados, no parece que el hombre tenga muy buenas intenciones hacia nuestra persona. Vamos a ponérselo fácil hombre, a ver si se atreve:

Por apenas treinta y cinco euros, podemos regalarle un bote de uranio. Lástima que no sepa que está empobrecido –de baja radiactividad, inocuo-, pero, ¿y lo que va a disfrutar tratando de deslizarlo debajo de nuestra almohada cuando venga de visita? Criaturilla…

Más claro, agua

Y, para enviarle el mensaje final, un artilugio que tiene grabado -en inglés- las palabras “hecho con cariño”, mientras que entre sus instrucciones están las palabras “fácil de usar”. Regalémosle un ataúd. El que comentamos aquí viene sin pintar, para que cada uno le dé su toque personal.

Sí: nos ha quedado un artículo larguísimo, pero es que hemos pensado que todas las sugerencias valen mucho la pena, tanto para dejar claro qué es un regalo “WTF?” como para que nadie se equivoque cuando busque un regalo con sentido del humor.

Si el agasajado es una persona a la que queremos y que se lo merece, éstos son complementos del regalo que en realidad queremos darle, una broma. Si es ese ser de averno que se ha casado con (contra) nuestra hermana, no es preciso nada más.

Regalos de cine

Son muchos los aficionados confesos al cine. Es más: se trata de una de esas aficiones que no importa declarar, no es como si a uno las peleas de caracoles malgaches. Es más: el cinéfilo suele hacer gala de sus gustos dándonos interminables lecciones sobre sus películas favoritas…

Y dejándonos en bandeja la elección de un regalo para cualquier ocasión. Pero nos hemos propuesto ser originales. Nada de regalarle el DVD con las aventuras unos vampiros adolescentes enfadados como pandilleros con unos hombres lobo y en disputa por el amor de una humana.

cine

Clásicos del mundo friki

Comenzamos con un regalo para un friki “clásico”, amante de “La Guerra de las Galaxias” y “wacthmen”. Una camiseta que además, nos remite a la Roma clásica. Parafraseando la frase de Juvenal “Quis custodiet ipsos custodes?” (¿quién vigilará a los que vigilan?), aparece la frase “¿Quién vigila al Imerio?” (“Who watches the empire?”), también en clara referencia a ambas películas.

Claro que, si de guardias hablamos y los ponemos en la misma frase que “La Guerra de las Galaxias”, tenemos qua hablar de los “Storm Troopers”. Se trata de un reloj-despertador con pantalla LED y la conocida forma del soldado imperial de Lego Star Wars. Te despierta con la eficacia de las tropas imperiales.

Algo más terrenal

Cambiamos de peli y nos vamos con “El Club de la Lucha”. Nuestro cinéfilo amigo puede restregarse por las mañanas con la pastilla de jabón rosa en la que se lee, en bajorrelieve “Fight Club”. Es un producto oficial de la película que nos saldrá por unos veinte euros.

Por cierto, y hablando de lucha, si nuestro amigo es fanático del cine de samuráis, de los que dice que “Los Siete Magníficos” no tienen nada que hacer ante la peli de samuráis en la que se inspira el western, regalémosle un fantástico paraguas-katana. A pesar de su apariencia, es un paraguas. A pesar de ser útil, hay que tener valor para salir con él a la calle.

¡Que no se hunda la fiesta!

Terminamos –muy a nuestro pesar, puesto que nos lo estamos pasando en grande- con la idea de regalarle a nuestro amigo unos cubitos de hielo (más bien fundas con el líquido dentro) con la forma del Titanic y sus correspondientes icebergs. Que se hunda todo, menos la fiesta.

La imaginación y el bolsillo, así como las ganas de agradar con todo el cariño del mundo han de sumarse para que nuestro amigo el cinéfilo se quede, como dijo Troy McLure en “Regalando Amor de Película” “Alucinao, nena”.