El Masajista enmascarado

El otro día vi a mi chica más cansada de lo normal. Venía del trabajo hecha unos zorros como ella siempre dice. Le dolía todo el cuerpo y lo único que le apetecía era sentarse, ver la tele un poco y acostarse prontito. Ni cenar quería, y ahí es cuando me pregunté, ¿qué es lo que podría hacer yo para hacerla sentir mejor?.

Como soy un genio, que mil premios me tendrían que dar de lo bueno que soy, no como a mi queridísimo cuñado, que no encuentro palabras para describirle, se me ocurrió ser yo el remedio de sus males. Así que me puse a buscar como un loco el remedio en el que me iba a convertir.

Después de tanto cavilar, porque yo su trabajo no puedo hacer, no puedo ir a recogerla al trabajo porque no tengo carnet (fobia a los coches), no puedo volver a hacerle la cena porque si no ya le iba a dar un patatús si le hago comer dos veces, pensé y me dije… ¿porqué no puedo convertirme en un… masajista?

El mundo de los masajes

Bueno, bueno, ¡no sabéis la cantidad de tipos de masaje que existen! Masaje relajante, Thai, Sueco, Japonés, Oriental con Piedras Calientes, Facial, Podal… Os imagináis , bueno, yo me lo imagino y me da más lástima que risa : Yo encima de mi pareja, sujeto de dos barras que instalaría en el techo, intentando hacerle un masaje Oriental. Qué pena madre mía… necesito borrar esa imagen de mi mente

Al final me decanté por un masaje facial. Alivia el estrés ya que estimula los puntos de energía de la cara y lo mejor es que ayuda al descanso nocturno porque produce un sentimiento de calma total. Asique ni me lo pensé, ¿queréis que os dé las pautas? El resultado será tener a tu chica contenta siempre y lo que es mejor, que lo hable con sus amigas y ellas reconozcan (al fin) lo buena persona que soy.

Manos a la obra

Lo primero que tenemos que hacer es lavarnos las manos (ella lavarse la cara) y con una crema hidratante de rostro haremos nuestro masaje. Empezaremos dando pequeños toquecitos  en la sien y el contorno de ojos con las yemas de los dedos. Presionaremos y pellizcaremos las cejas desde fuera hacia el entrecejo. Después nos fijaremos en la parte alta de la nariz, en el lagrimal.

Presionaremos con cuidado y seguiremos haciendo círculos alrededor  de los ojos. Los movimientos siempre tienen que ser de dentro a fuera y no fuertes, si no acariciando. Para finalizar pellizca suaventente desde la barbilla hacia la mandíbula y termina en la frente, haciéndole caricias de un lado a otro. Amigo…¡ la tendrás en el bote!