Un regalo felino

No siempre es fácil acertar con los regalos. Es un de esas verdades en las que estamos todos de acuerdo. Pero también es cierto que hay regalos que raramente fallan, sobre todo si el destinatario no puede hablar. Y dudamos mucho de que un gato vaya a quejarse de qué le entregamos como obsequio.

Tal vez su dueño nos tache de cutres o de horteras, pero el minino estará, seguro, encantado o, como poco, no dirá nada. Se trata de que regalemos algo que el dueño perciba como útil y que esa utilidad tenga que ver con el felino.

¿Que qué puede ser? Pues busquemos algunos ejemplos, como el primero que se me viene a la mente: un aseo para gatos. Deja de frotarte los ojos. Has leído bien: un aseo, un excusado, un retrete para gatos.

Evitar olores y suciedad nunca fue tan barato

El caso es que quien convive con un animal de este tipo lo va a encontrar, con toda seguridad, muy útil. Se trata, ni más ni menos que de una caja de plástico con un filtro de carbono activo que recoge… Bueno, dejemos que la imaginación trabaje un poco. El precio del gadget es de 25,24 euros.

Pero hemos comenzado por lo que sería el final del proceso. Lo ideal sería que hubiéramos empezado por la comida, no por eso en lo que el gato la transforma al cabo de unas horas (¿qué milagroso proceso transforma un pienso que huele así de bien en… eso?).

Comer, beber, rascar

La comida. Un fantástico conjunto de comedero y bebedero en un solo objeto. Está fabricado en plástico y cuesta en torno a los 15 euros ¿Cómo? ¿Que el dueño del gato ya tiene comederos, bebederos, cajas de arena y cepillos como para montar una tienda de mascotas? Bueno, pues nos vamos a poner originales.

Le vamos a regalar al gato de tan previsor dueño algo que ni siquiera se esperaba que existiera. Unas… uñas postizas para gatos. Cesen las risas. Existen: yo mismo las he visto con estos ojitos que se ha de comer la tierra.

Por una vez, no es para burlarse

El complemento en cuestión tiene  la misma forma que la garra del gato, pero es algo más grande y transparente, de modo que puede pintarse. Si a primera reacción que has tenido es similar a la mía, te diré que te equivocas: no es ninguna estupidez. Tiene su utilidad.

Los gatos que, por el motivo que sea, no pueden zaparse las garras acaban teniendo graves problemas con ellas. Bueno: son los muebles los que tienen problemas. De este modo, hay que extirpárselas… o enfundárselas, que es exactamente la idea de estas uñas postizas.

Como ves, no todos los regalos para mascotas son gadgets superfluos: algunos pueden ahorrarnos un buen dinero, un gran disgusto y una descomunal reprimenda a un animal que lo único que ha hecho es seguir su instinto.