Música para la noche de brujas

Cada vez que se acerca la noche de brujas, desempolvo un vetusto casette que, milagrosamente, suena en lo que en su día se llamaba “walkman”. Nada menos. Se trata de Keeper of the Seven Keys, de la banda alemana Helloween. Y, dentro de él, la voz de Michael Kiske, cantando:

“In the streets on Halloween / The spirits will arise / Make your choice, it’s hell or paradise / Ah – it’s Halloween / Ah – it’s Halloween…tonight!” (“En las calles de Helloween / Los espíritus se alzarán / Elige, el infierno o el paraíso / ¡Ah!, es Helloween / ¡Ah!, es Helloween… ¡Esta noche!”).

666

¡Guau! Trece minutos de los precursores del power metal directamente desde 1987 a mis tímpanos. Un regalo para un espíritu heavy que, en cuanto me empeño en enterrar cortándome el pelo y vistiéndome con una camisa, resucita, rebelde y me recuerda quién soy y seré.

Regalos terroríficos los tímpanos (y los de los vecinos)

Por cierto, la cinta empieza a sonar como una psicofonía… Por si alguien quiere regalarme el CD… (Y si cuela, coló).

Pero no es ésta la única música que puede regalarse para que se escuche en torno a la Noche de Brujas. Si me dejaran como DJ en algún local de moda (por su bien, no lo harán), no dudaría en pinchar, por estas fechas, un para de temitas de Iron Maiden. Uno, “The Number of the Beast (666)”. El otro, “Fear of the dark”:

1992. Álbum “Fear of the Dark”. La voz de Bruce Dickinson, cálida a la vez que amenazante, misteriosa, rota y suave a la vez: “Have you run your fingers down / The wall / And have you felt your neck skin crawl / When you’re searching for the light? / Sometimes when you’re scared / To take a look / At the corner of the room / You’ve sensed that something’s / Watching you”.

Corcheas de escalofríos, fusas de pánico

Traduzco: “¿Has pasado los dedos por la pared / Y sientes que te rozan la piel del cuello /  Cuando buscas la luz? / A veces cuando tienes miedo de mirar / La esquina de la habitación / Has sentido que algo te esta mirando.” ¡Essssscalofriaannte!

Se me quedan en el tintero una tremenda cantidad de temas terroríficos como “Enter Sandman”, de Metallica, cualquiera de la banda sonora de “El día de la Bestia”, y una ingente cantidad de canciones de grupos de Goth o Black metal, por no hablar de otras canciones también escalofriantes fuera del género como “Love Song for  Vampire”, de Annie Lennox.

Cualquiera de estos temas, de estos discos, de estos grupos supone un excelente regalo para la fiesta de Halloween. Un regalo que, por cierto, deberíamos comprar, en lugar de bajarnos gratis. Los artistas viven de esto…