La noche es…

En cuanto he escrito el título se me ha venido a la cabeza la voz de Aurora Beltrán, al frente de Tahúres Zurdos, redondeando la frase: “… de los que se aman”  con una voz poderosa y cálida a la vez, que nada tiene que envidiarle a la intérprete original (Patti Smith) del tema compuesto el Boss Springsteen.

Pero no se trata de hablar de música, sino de una noche que será verdaderamente de los amantes. Para ello, vamos a hacernos un regalo. De esos de los que no precisamos un recuerdo material, ya que se nos va a quedar grabado para siempre.

Imaginémonos esa noche en pareja: comenzaremos por alquilarnos una limusina. En ella, un paseo por la ciudad. Que nos miren y nos envidien. Mientras, nosotros, de paseo, con una copita de champán, presagio de una estupenda cena en un romántico restaurante. Toma planazo.

Oferta y precios muy variados

A día de hoy puedes contratar la limusina en una buena cantidad de sitios, sobe todo si vives en una gran ciudad. Y muchas de las compañías de alquiler de limusinas ofrecen “packs románticos para parejas”.

De esta forma, no sólo nos llevarán y nos traerán, sino que podéis pedir un paseo por la ciudad, disfrutando de vuestra copa de cava, dejando que la propia empresa se encargue de contratar el restaurante, e incluso solicitar que, en lugar de que os lleven de vuelta a casa, os dejen en un hotel.

Los precios dependen de qué compañía elijas y de los servicios que solicites, pero hay que pensar en un mínimo de 175€. No es barato, pero si podemos permitirnos empezar la noche con ese paseo valdrá la pena.

El lugar, ínitimo

Si podemos elegir restaurante, busquemos uno íntimo, a ser posible un  poco alejado de donde vivimos, ya que, en medio de una cena que pretende ser romántica puede llegar a ser muy molesto estar continuamente saludando a amigos y conocidos, por no decir que sería una tragedia encontrarse con algún ex que no lo haya superado del todo.

El menú de la cena es cosa vuestra, pero yo en vuestro lugar evitaría picantes, ajos y legumbres. No tanto porque no sean comidas adecuadas, cuanto porque la digestión no lo es. Se trata sólo de un consejo: que cada cual lo tome o lo deje, según su conveniencia.

Por cierto: los postres pueden ser un buen momento para intercambiarse los regalos, si es que hemos reservado algo de dinero para ese anillo…